miércoles, 13 de febrero de 2013

Parménides, Heráclito y ahora también Euclides

Estoy en el terrible momento en que me doy cuenta de que, para poder hacer exactamente lo que quiero, tengo que acercarme a la rama de la filosofía que menos me gusta y para la que menos talento tengo... 


Y sin olvidar a los treinta mil autores que debería volver a estudiar aunque originalmente parecían tan ajenos a esa vieja idea, que es como la verdad definida por Nietzsche: como un relámpago en medio de la noche, lo ilumina todo en un instante, y después sólo nos queda la intuición de cómo es el paisaje en el que estamos parados. 


Mucho trabajo aparentemente estéril, pero ese proyecto filosófico sigue siendo importante, al menos para mi.

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